Pendientes de oro de ley y garras de marfil de mamut o de facochero talladas a mano. Estos pendientes de oro se diseñan con mimo para convertirse en una pieza para toda la vida: materiales nobles en continua revalorización junto con un fuerte acabado artesanal componen esta joya que será heredada por futuras generaciones.
Elige entre marfil de facóquero, mamut o pídenos que hagamos esta pieza con tus propios trofeos de caza.
Marfil de facóquero
El marfil natural de facóquero ha sido trabajado y tratado para una conservación óptima.
El facóquero o jabalí verrugoso (Phacochoerus africanus y Phacochoerus aethiopicus) se ha cazado históricamente para la subsistencia en África. Sus colmillos de marfil eran aprovechados para la fabricación de collares tradicionales o amuletos, o se utilizaban como objeto de intercambio entre algunas tribus.
En la actualidad La Perionda es uno de los pocos fabricantes que incorpora tan tradicional material a sus colecciones de joyería, donde el marfil de facóquero toma absoluto protagonismo, creando joyas con el sabor étnico y ancestral de épocas remotas en las que los pobladores ya utilizaban recursos de los animales que cazaban.
Este material no supone ninguna agresión a los animales o la naturaleza; si bien, al contrario aprovechamos un recurso natural que esta nos proporciona, recuperando antiguos trofeos, stocks locales, o muertes habituales en las reservas naturales, dando así una nueva vida a un precioso y tradicional material.
Marfil de mamut
Cada pieza se talla a mano en auténtico marfil de mamut con más de 10.000 años de antigüedad, para ensamblarlo sobre nuestras monturas artesanales de oro de 18 quilates.
Disponibles otras piezas a juego: pulseras, distintas gargantillas, pendientes o colgantes.
El marfil de mamut, con una antigüedad de entre 10.000 y 30.000 años, es objeto de deseo por parte de muchos amantes de antigüedades, coleccionistas de fósiles y reliquias. La Perionda es uno de los pocos fabricantes que incorpora tan antiquísimo y valioso material a sus colecciones de joyería, donde el marfil de mamut toma absoluto protagonismo, tanto en piezas de oro como de plata, creando joyas con el sabor étnico y ancestral de épocas remotas en las que los pobladores ya utilizaban recursos de los animales que cazaban.
Este material se extrae del permafrost en congelada estepa siberiana, donde en ocasiones se ha conservado en perfecto estado, con las mismas características y calidad que puedo tener en vida durante el paleolítico superior. A diferencia del marfil de elefante, este material no supone ninguna agresión a los animales o la naturaleza, si bien aprovechamos el recurso natural que esta nos proporciona de un animal extinto y casi mitológico.
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